Una novela de Jose Alberto Arias. En proceso de creación.
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jueves, 3 de febrero de 2011

Cali



Queridos niños:


Uno de los capítulos iniciales de la novela comenzaba con la anunciación de la llegada de Jesús. Naturalmente, era una alusión sensacionalista para que la gente pensara en el Mesías. En cualquier caso, esto quedó en una anécdota insignificante porque Jesús era un niño de nueve años, gitano, que fumaba en la puerta de su casa en un  poblado chabolista. Ahora necesitaba a alguien que anunciara la llegada del supuesto protagonista, y para ello creé a su hermana pequeña, una cría de tres años, pelo corto, piel morena, cara sucia y ojos enormes, una suerte de Ana Torrent calé. Por si fuera poco, esa niña, para ser tan pequeña, debía ser muy espabilada para estar ahí, sola en la calle alegre por la llegada de su hermano. Claro que eso me dejaba en nada. ¿Qué interés tiene una mocosa que espera a su hermano mayor en la calle? Ninguna, salvo que esa mocosa tenga algo poderoso. Y lo tiene. En principio iba a ser mera empatía, comportamiento extraño para una niña de su edad, hacerla superdotada (pero sería el segundo personaje con esa cualidad en la novela). Luego hice que fuera capaz de prever ciertas situaciones o sucesos futuros. Al final tenía a una psíquica de tres años que se ha ganado con fuerza el protagonismo de todo el libro, y es que el personaje se deja hacer y ya he visto la imagen con que acabará el libro, y en ella aparece una Cali que ha visto cambiar el mundo.
A todo esto, necesitaba un nombre fuerte, y no sé cómo se me ocurrió Calíope (de hecho, no soy muy aficionado a la mitología griega ni la conozco bien) y cómo se ganó el nombre. El hecho de que su familia la llame Cali no es más que una cuestión de improbable verosimilitud. Y es que Queridos niños es, más allá de la novela de ciencia-ficción o fantasía, una historia realista en su visión del mundo y de las relaciones humanas, una historia de causa-consecuencia, pero también una historia donde caben hechos sin explicación y cierta magia o fantasía al más puro estilo La lluvia amarilla o Cien años de soledad, por citar ejemplos inabarcables.
         Llegado este punto, sólo me queda añadir que Cali aún tiene que crecer, y lo hará como nadie. Os adelanto ya que el Tiempo es otro personaje de la novela.
Afectuosamente,


Jose