Si hace unos meses cerré la primera parte de la novela (recordemos, el inicio, presentación de los personajes y la aparición del conlicto del relato), hoy mismo he tenido la suerte, el placer y el desagravio de terminar la segunda parte. Digo esto porque es mucho tiempo acompañando a los niños en su periplo en la que podría ser una de las partes más duras de Queridos niños; después de todo, se trata de una pequeña novela de terror dentro del conjunto.
En cuanto a datos, 104 páginas de nada divididas en tres bloques: 1) Reunión, 2) Convergencia y 3) La noche. Lo cierto es que transcurre poquísimo tiempo, pero se tratan de muchas tramas conectadas de manera directa o indirecta. He tenido que establecer nuevamente las reglas que rigen la narración, y cuando me ponga con la tercera parte (cuando me empape de novela negra, de género, cuando acabe enganchado a la nicotina) volverá a tocar resetear todo el estilo.
Sé que da la sensación de que la novela avanza poco, pero me atrevo a asegurar que la espera valdrá la pena. Lo cierto es que el fondo de la novela lo tengo muy claro, sé prácticamente todo lo que va a suceder en las siete partes en que consiste Queridos niños, pero la forma supone un reto continuo. Tengo muchas lecturas pendientes a este respecto. Paciencia, saboread mientras las pequeñas muestras que os voy dejando por aquí.
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